La_GruLLa
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« Responder #79 en: 18/01/07, 18:36:48 pm » |
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Yo no voy a hablar de ningún tema en concreto, ni de mezclas, ni de nada técnico.
Lo mío tira más bien sobre las sensaciones personales.
Y es que, la verdad, desde hace bastante tiempo estoy escuchando cada vez más material de fuera, y cada vez más estilos y formas de entender la música inundan mi cabeza y mi tiempo; empecé en lo más comercial y hoy día estoy indagando sobre cómo viajar musicalmente a la India o cómo encontrar los temas más oscuros y caras B de los discos y las sesiones de dos enfermos ingleses.
Esta búsqueda del Santo Grial (xd) da muchos beneficios, porque realmente conoces la hostia de temas impresionantes y cada dia descubres más; hoy tienes un tema favorito y los dos meses descubres otros dos que te hacen bañarte en tus semen cada día. Y, claro, la gran pérdida es que la mayor parte de las veces (por lo menos en mi caso) dudo horrores si llegaré a escuchar estos temas en una discoteca y pegarme un buen fiestón con mi verdadera música o músicas favoritas.
Lo malo es que la máquina queda algo apartada de esta búsqueda, quizá porque los sonidos los tengo algo requemados, porque me apetecen otros ritmos, porque busco cosas más elaboradas (o menos, según la ocasión), porque quiero velocidades más altas o bajas... O simplemente porque estoy tan ensimismado con mi busqueda por los senderos musicales, que no percibo la carencia, la necesidad de escuchar máquina, que siguen pasando los años y ahí perdura, ese impulso que mi cuerpo genera para escuchar, apreciar y, sobre todo sentir ese sonido.
Y hablando del sonido, quizá no haya sido el estilo con más calidad musical (auditiva), o quizá no fuera el más elaborado a nivel de estructuras, o puede que no sea el estilo más original del mundo, ni el que más caña tiene, ni el que mejor ritmo da, ni sea un estilo reconocido como tal en los cinco continentes, solamente aquí y en pocos lugares más.
Pero, he aquí donde reside, para mí, lo grande de este estilo. Es un estilo tan de aquí, tan cercano, tan NUESTRO. Y como tal, tiene lo que nosotros queremos, un poco de caña por aquí, un poco de rabia ácida por allá, otro poco de sentimentalismo (o 'pieldegallinismo'), velocidad (no me refiero a los 180 si no a los 150)... No sé, es una combinación de elementos que me encanta y, aunque haya músicas que me gusten más ahora y que, a mi juicio, tenga más calidad que la máquina, siempre tendré un rato para deleitarme con una buena dosis de material de calidad, porque realmente es un placer disfrutar de este sonido. ¡¡VIVA LA MÁQUINA, HOSTIA!!
Todo esto se me ocurrió escuchando las sesiones, aguita, neng.
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