Anda que este vaya tela jejje.
Anoche tuve una pesadilla. Una pesadilla terrible. La más horrible que se puede soñar:
En la pesadilla, cuando me levanto de la cama y me miro en el espejo descubro... que soy negro. Echo enseguida la mano al bolsillo de la cartera para ver mi foto en el DNI, y me sale el mismo color. Busco el pasaporte y para colmo descubro que soy francés. Señor, no puede ser. Me siento hecho polvo en una silla. ¡Hala, pero si es una silla de ruedas! Lo que significa que además de ser negro y francés, también soy un discapacitado.
Me digo a mi mismo en voz alta que esto es imposible, es imposible que YO sea negro, francés y discapacitado... "¡Pues es la pura verdad!", me grita alguien detrás de mi. Es mi novio: ¡Lo que me faltaba! También soy homosexual.
Bueno, en medio de toda esta desgracia, desde que hay sexo seguro, ya saben, con esa historia del SIDA... "¿Has visto mi jeringuilla?" ¡Señor! ¡Negro, francés, discapacitado, homosexual, drogodependiente y seropositivo! Desesperado empiezo a gritar, a llorar, a tirarme del pelo y... ¡NOOOOOOOOOO! ¡Soy calvo!
Suena el teléfono. Es mi hermano: "¡Desde que mamá y papá murieron lo único que haces es drogarte y quedarte ahí tirado sin hacer todo el día! Búscate un trabajo, el que sea". Sí, también soy un parado.
Intento explicar a mi hermano lo difícil que es encontrar un trabajo cuando se es negro, francés, discapacitado, homosexual, drogodependiente, seropositivo, calvo y huérfano, pero no lo consigo, porque... porque también soy mudo.
Trastornado, cuelgo el teléfono, con la única mano que me queda y, con lágrimas en los ojos, me acerco a la ventana a mirar el paisaje. Hay millones de chabolas a mi alrededor. Siento una puñalada en el marcapasos. Además de negro, francés, discapacitado, homosexual, drogodependiente, seropositivo, calvo, huérfano, mudo, manco y cardíaco, vivo en un barrio de chabolas.
En ese momento se me acerca mi novio y me dice: "Cariño, hemos quedado segundos en la liga". No... No puede ser... ¡También soy del farsa!