Qué gran señor, Markus.

Ya no sólo por el set que se marcó, sinó por cómo se entregó al público. Y eso que tampoco había un ambientazo. Se le vió disfrutar. Es posible que por eso alargara su set una hora más hasta cerrar la sala. Estuvo firmando autógrafos continuamente durante su sesión y al acabar bajó de la cabina para dar la mano a todos los que estábamos a pie de pista y aún se quedó haciéndose fotos con la gente.
En fin, da gusto ver como es tan accesible un DJ de esta índole. Y verlo tan agradecido a la gente allí presente. No se puede decir lo mismo de otro que vino en agosto, que hizo un set rancio de un par de horas, pilló el cheque y se largó.

A Algunos se les olvida que si están donde están es en parte gracias al público.