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« en: 25/01/06, 16:18:12 pm » |
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TU Y YO PERTENECEMOS AL MISMO MUNDO
No descubro nada nuevo si digo que la sociedad actual ha dado un giro radical. Un cambio, no tan solo social, político y cultural, sino también en lo que se refiere a la manera de enfocar la vida, llegando al extremo en el cual somos seres que han adquirido unos hábitos tan marcados y estrictos que no nos permitimos ni un ápice de descontrol en nuestro planificado sistema vital. Hemos pasado de ser seres que viven, trabajan y se divierten (más o menos a partes iguales) a personajes que trabajan para vivir y sacrifican la diversión para mantener su nivel y lugar de acomodo social. Una situación que nos lleva, sin lugar a dudas y de manera puede que consciente o inconscientemente, a no reparar tan siquiera en el vecino que tenemos enfrente o en el anciano que comparte asiento con nosotros en el autobús. Un modus vivendi extremadamente enloquecido en el que ya no valoramos la calidad y cualidades humanas de los que nos rodean, sino que simplemente los juzgamos y encasillamos basándonos exclusivamente en su aspecto exterior. Eso conlleva, en la mayoría de ocasiones, a una exclusión social e incluso agravio comparativo entre diferentes ciudadanos de una misma urbe. El hecho de que determinado grupo social diste de lo que se considera un ciudadano modelo, en cuanto a sus actos, forma de vestir, gustos... no significa que sea peor que otros que sí se ajusten a los estereotipos de sociedad ideal, características de las cuales están impulsadas, muchas veces, por los dictámenes e influencias de los medios de comunicación y otras entidades o personajes con alto poder dentro de esta gran obra de teatro que nos a tocado representar.
En ocasiones, más de las que creemos, los que a priori cumplen con las directrices de ciudadanos modelos, son los que menos se comportan como tales, pagando así, sus actos incívicos, otros que se declaran libres y actúan sin miedo a demostrar lo que sienten o a decir quienes son, ya que estos se consideran las ovejas negras de la ciudadanía. Desgraciadamente, y aunque todos vayamos hacia una misma meta, pero por diferente camino a la mayoría somos los que nos llevamos la mala fama. Si bien es cierto que en todas partes cuecen habas, y que muchas veces nosotros mismos nos creamos esta mala reputación, no se nos puede meter a todos en el mismo saco. Y este precisamente, es el caso de los que nos gusta uno de los estilos musicales considerados más contundentes del panorama musical: los makineros.
Es cierto, y lo asumimos, que nosotros mismos nos hemos creado una mala fama generalizada, pero tampoco es del todo cierta. Además, nadie se a parado a ver si es real todo lo que se dice de nosotros. Simplemente se han limitado a creer en los estereotipos sociales, habladurías y en lo que se dice en algún que otro reportaje que, todo sea dicho de paso, ha sido realizado des de una perspectiva totalmente subjetiva y sin contrastar en ningún momento el sentimiento de la mayoría de nosotros. Quedando reflejado así, un aspecto de seres sin ningún tipo de educación y de un nivel social de lo más bajo. Es verdad que una parte de los que dicen representar y sentir este estilo musical, son individuos sin ningún tipo de cultura (en todo el amplio sentido de la palabra). De todas formas, no creemos justo que se nos corte a todos por el mismo patrón y se nos considere el cáncer de la sociedad, personajes y locales que jamás tendrían que haber existido. Estamos deacuerdo que esta minoría va en alza y en muchos de los locales dedicados a este estilo, abundan cada día más este tipo de personajes y si no se hace algo al respecto va a morir el verdadero espíritu makinero. Pero para esto estamos aquí los verdaderos makineros, esa mayoría escondida por la sombra de los que dicen serlo y realmente no nos representan: aquellos que tenemos estudios superiores, educación cívica y moral, que vestimos quizás, de formas muy dispares (con más o menos etiquetas), que nos ganamos la vida dignamente.. pero que en definitiva defendemos y tenemos una UNICA y PRINCIPAL intención: Pasar nuestros ratos de ocio compartiendo con los demás aquellos gustos y sensaciones que más nos llenan. Escuchar y vivir con y para un estilo musical que se ha convertido en nuestra forma de vida. Y, hacerlo, con el máximo respeto hacia los demás y sin causar perjuicio alguno a nadie.
No entendemos porqué actos incívicos que se puedan producir en nuestro ambiente y que, en ocasiones, no son más graves que los que se pueden suceder en otros lugares, SIEMPRE se reflejen en los medios de forma tan peyorativa y pidiendo el cierre inmediato de estos. Mientras, los lugares de ocio con la etiqueta social de "sello de calidad" quedan impunes de cualquier tipo de sanción o repercusión mediatica y social.
No pretendemos que se nos considere lo mejor de la sociedad, porqué de hecho no hay nada ni nadie perfecto, pero tampoco que se nos menosprecie de la forma en que se esta haciendo. No queremos la piedad de nadie, porqué nos hemos ganado a pulso algunos de los adjetivos que nos identifican. Pero sí reclamamos abiertamente RESPETO, ser considerados en igualdad de condiciones que el resto de mortales. Dejar de ser el centro de atención de malas y peyorativas imitaciones que sólo son el reflejo de la minoria. Pedimos el derecho de ocupar un lugar en este mundo, el lugar que ya habíamos tenido ataño y que poco a poco fue cayendo en el olvido, igual que lo tiene cualquier recién llegado a un país.
En esta sociedad de hoy, que se caracteriza por la gran diversidad cultural y alardea de ser solidaria y atender las necesidades colectivas de los más desprotegidos y de los que lo necesitan. Una población que intenta dar cabida a todo y todos aquellos rasgos característicos de cada uno de los que la formamos… si creemos ser una colectividad justa y que no da de lado a nadie, deberíamos empezar por no colgar el san Benito a cualesquiera que sea, intentar indagar el porqué de las cosas y la realidad de la situación. El hábito no hace al monje y si alguien se sale de los cánones preestablecidos no juzgarle antes de lo que es debido. Nadie es culpable antes de que se demuestre lo contrario, pero a nosotros los makineros no se nos a dado tan siquiera la oportunidad de demostrar quienes somos realmente y tampoco se nos ha permitido el derecho de defendernos cuando se nos ha atacado. Ante todo, somos personas y, como tales, pedimos el beneficio de la duda y que se nos respete como tales, porqué, aunque no compartamos los mismos gustos, ideas… que la mayoría, seguimos siendo una pieza clave de este puzle llamado mundo.
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