Abres los ojos y observas lo que te rodea. No te gusta lo que ves. Los hechos se han precipitado, la gente ha cambiado y aquello que viviste, se ha perdido… te envuelve un halo de pesimismo, conoces las respuestas pero aún así las preguntas te siguen sorprendiendo al tiempo que te rondan la cabeza una y otra vez. No vislumbras el final del camino. Aparece ante ti sinuoso, empinado, un camino de difícil recorrido; deambulas por él sin saber hacia donde te lleva. Y es entonces cuando te das cuenta de que aquello que una vez te cautivó se ha ido. Buscas una alternativa, cambias de aires, pero nada te llena. Piensas que quizás seas tú el que está equivocado, que quizás seas tú quién deba claudicar. Sin embargo dentro de ti hayas el motivo por el cual no dejar de lado tus convicciones. Ese motivo, esa sensación indescriptible que sentiste la primera vez, no responde al nombre de magia… ese no es su nombre, sino sentimiento. Te acarició la primera vez y nunca más dejo de hacerlo. Lo veías en la cara de la gente, lo sentías en el aire, lo vivías cada día… y llegó el declive, y con él, la crisis. Y hemos vagado por un enorme desierto a lo largo de 4 años sin volver a sentir esa hermosa sensación, que conservamos dentro como un valioso tesoro.
Y en este instante en que tus ojos nublados por las lágrimas fruto de esa sensación desagradable que invade tu cuerpo piensas que ellos son el enemigo, sin embargo, es todo lo contrario: ellos son la solución. Recuerda que tú también fuiste un ignorante, y por encima de todo ten presente que aquellos que creen poseer la llave de la caja de tus emociones sin ti no son nada. Ellos lo obvian, se escudan en la premisa de que es lo que la gente demanda, más tú sabes que tienen la capacidad de influenciar y modificar los gustos del público, de atraerte hacia donde ellos desean. Si de verdad amas este estilo, te tocará combatir. Deberás actuar en dos líneas de acción, por un lado, hacer ver a la gente cómo de equivocada está. Aquello tan bello que tú sentías y que veías reflejado en las caras de la gente ya no lo ves. Serán felices, pero es pura fachada. Esa música no les llena, solo llena los bolsillos de las personas que la crean. Éstos no desean transmitir, por lo que es inútil hallar sentimiento alguno en sus producciones. ¿Y cómo captar nuevos adeptos? Debes hacer que conozcan nuestro pasado, para que entiendan nuestro presente, y construyan nuestro futuro. No son el enemigo. Cuando encuentren, y sientan, esa sensación albergada en tu corazón comprenderán que han vivido engañados. Descubrirán un mundo nuevo, en donde los sueños se hacen realidad. Donde desearán que cada noche, sea la última noche, pero que jamás termine.
Y cuando les hayas abierto los ojos, deberás combatir a aquellos que se los cierran. No será fácil, pero nadie te dijo que lo sería. Haz uso del poder que tienes, haz que sepan que no te gusta lo que ves, y que deseas cambiarlo. Una vez fueron dioses, pero se corrompieron, y ahora es el momento de arrebatarles lo que por derecho te pertenece… la música.
No te preocupes amigo, no estás solo. No vamos a permitir que esto termine cuando los que están arriba decidan; y por supuesto no permitiremos que nuestra música desaparezca. No nos queda tiempo, ya no podemos continuar viviendo del pasado… toca edificar el futuro, y para ello es conveniente volver la vista atrás: aprender de errores pasados, y ver lo que hicimos bien. Nuestros recuerdos están ahí, anclados en nuestra retina y en el corazón, serán eternos, pero necesitamos volverlos a vivir.
Es nuestro momento, el pasado, es el futuro…
PD: Shoker, ¡he vuelto!