#Link de YouTube Inválido#
http://www.youtube.com/watch?v=PndJi2Sia2w&feature=player_embeddedImpresionante lo de este niño culturista, sin duda. Espectacular. No encuentro palabras que puedan describir lo que los padres de este chiquillo están haciendo con él. Sólo tiene… ¡5 años! Que un niño soporte su propio peso sin sobreesfuerzo está bien – barras, flexiones -, pero cuando se le somete a levantar pesos extras ajenos a su propio peso - como cuando levanta pesas - entramos en un campo muy peligroso para cualquier cuerpo infantil en desarrollo: daños serios en los centros de osificación que alteren de por vida el desarrollo músculo-esquelético de este niño.
Así, a bote pronto, se me ocurren una serie de consecuencias de esta actitud negligente por parte de los progenitores de esta “maravilla de la naturaleza”. Para comenzar, la probabilidad de desgaste de las articulaciones. La artrosis tras un ejercicio tan intensivo y mantenido a una edad tan temprana no sería nada despreciable. Probablemente antes de los 30 años este niño tenga las articulaciones propias de una persona de 70 años.
Es muy probable también que desarrolle un trastorno de nuestro tiempo: la vigorexia Porque, ¿quién va a convencerlo de que el éxito no está sólo en el físico cuando no ha conocido otra realidad?
¿Y con su entorno? ¿Quién nos asegura que no utilizará la fuerza como manera de imponerse ante las discrepancias con los demás?
Su crecimiento óseo también puede verse interrumpido. Pensemos que, a los 5 años, los centros de osificación tienen un potencial de crecimiento tremendo. Pero si son destruidos, y hemos de pensar que los traumatismos repetidos pueden ser causa de dicha destrucción, la persona quedará con una estatura muy inferior a la que hubiera podido tener si se hubiese desarrollado plenamente.
Ni qué decir tiene que, si además el chiquillo está siendo hormonado (ojo, es sólo una suposición), su hígado estará siendo sometido a una dura prueba. Todos conocemos casos de fallecimiento precoz en deportistas de élite que consumían anabolizantes.
Por todo ello, por encima del evidente asombro que nos produce ver a un niño haciendo lo que él hace, creo que debería invadirnos la sensación de tristeza respecto a lo que le espera, mezclada con la indignación por cómo le han criado sus padres.