CHINO
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Aprendizaje eterno
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« Responder #74 en: 21/10/08, 10:46:37 am » |
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No entró aqui nunca, ni para leer, pero en esta ocasión tan especial y triste a la vez, me gustaría unir mi voz a las del resto en todos aquellos lugares en que se haga eco de este cierre.
Qué decir, la sala más festiva de toda españa, con la mejor gente. Ese sonido marca de la casa, fruto de la ingeniería del señor Frank, esa oscuridad que le daba la clandestinidad deseada, el atrezzo y la decoración que te hacía sentir como un gladiador en el circo romano. Un imperio ha caído, el imperio Coliseum. Prácticamente la última de las grandes de la península.
Reunía todos los ingredientes de fiesta auténtica. Libertad de horarios, parking sin normas, gente que solo buscaba divertirse y bailar, etc...se respiraba ese olor de vicio y descontrol, típico de un territorio fiesteril aun virgen, sin corrupción ni interferencias de ningun tipo.
Para el recuerdo queda todas las visitas a tierras mañas, y sobretodo toda la gente que hemos conocido, aun guardando una relación entrañable con muchos de ellos, cosa que en ningun otro lugar ha pasado.
Minimal, pilares, aniversarios, romanas, etc etc...fiestas de locura y diversión. Sin duda me quedo con la mágica Romana 2002 del aviso de bomba con ese patatal que te llevaba al elisio, tb con las rectas finales de infarto de Javi Aznar, el temple cañero de Ricardo y el buen hacer del maestro Frank.
Romana del 2003 supuso un punto de inflexión con unos altercados desagradables, y al poco la marcha de Frank Y Ricardo dividieron al público maño y dejaron un hueco que no se pudo llenar. Dejaba manga ancha para la radicalización musical, y eso puede salir bien o puede salir mal, como asi ha sido.
No dejo de lado la restricción de horarios, que para los que somos de fuera es una putada. Suerte de los días de horario extendido, pero aun asi eso es una losa que pesa mucho.
Por una vez de acuerdo con Xavi9mm en una cosa: el control policial ahuyentó a todos aquellos que más que nada subían a Coli a drogarse, y si no lo hacían no se lo pasaban bien.
En fin, nada es para siempre, y como bien dice Luis: "no estés triste porque se acabó, se feliz porque un día sucedió".
Cae el imperio romano, empieza la leyenda...
Un abrazo maños!!!
PD:
Lo siento, pero no puedo evitar en un día como hoy transcribir un mensaje que me llegó muy hondo, de manos de un señor llamado Pipo, y publicado en la antigua web Activa-t. Relata la Romana del año 2002.
Hola a todos. Somos muchos los que, durantes estos años de carrera fiesteril, no hemos desistido en el intento de hallar, descubrir y conocer en todas las salas, eventos y antros en los que hemos peregrinado, ese estado de fiesta supremo con el que pocas veces hemos topado y al que finde tras finde perseguimos con ímpetu y tesón. La magnitud colosal de este estado fiestero se da en contadas ocasiones, y más en estos tiempos que corren, es los que la masificación del movimiento dance le ha restado parte de su singularidad prohibitiva y de su carácter exclusivo. Hay demasiadas fiestas para que en todas se reproduzca la fiesta en su estado más extremo. Porque, y ya sabeis mi opinión al respecto, la fiesta no solo es musicón, se tiene que congeniar a la perfección muchos elementos para que una fiesta sea realmenta algo jodidamente espectacular, para que se reproduzca en su estado más rabiosamente cojonudo. Es la magia de la decoración, es el bullicio de sus aledaños, es el olor a vicio y descontrol, es la cantidad de escenas y visiones para recordar que se dan en ella, y evidentemente, es puro musicón. Topo esto y mucho más se dio este sabado en Coliseum, porque, voy a decirlo publicamente para que se enteren todos los engañados que creen haber tocado la gloria. Quien no haestado en Coliseum en una Romana no sabe lo que es un fiestón. Miles de personas de todo el pais se dieron cita para dar voz a una fiesta que año tras año aumenta su fama y eleva su creación. El parking, totalmente abarrotado con la peá poniéndose taja a pi´çon, y con una enfermiza conjunción de sonidos, colores y formas, que maginificaban un enclave sumido en una aúrea celestial de jolgorio fiesteril. En el interior, la locura colectiva, uno de los más grandes espectáculos vistos por mis ojos, delirantes escenas de fiesta pura y dura. Sensaciones que queman el corazón, visiones al borde del abismo y legiones enteras de soldados fiesteros bailando al son de una música para dioses, y es que el aroma más cojonudo de la fiesta más salvaje corroía las entrañas de un servidor, para descubrirle, otra vez, que la fiesta aun existe. Y con todo, en el momento de mayor subidón colectivo, en el punto álgido de esa bacanal romana de dimensiones apocalíípticas, la fiesta se acabó, el coliseo oscense cerró sus puertas, y quedó chapado para sorpresa y perplejidad de los presentes. Desalojaron la sala y durante dos horas y media estuvieron miles de legionarios esperando pacientemente en las puertas, y en un parking que fue la prolongación de lo acontecido en el interior. Al abrir, una peña hambrienta de fiesta volvió a llenar el local, y se regaló con un musicón aun más acojonante. Increible, no había visto tal desenfreno en mi vida, no había palpado tantas ganas de diversión incontrolable. A las 12 de la mañana me piré, dejando atrás una Coliseum repleta de gente hasta la bandera, y con el recuerdo imborrable de una noche que entrará en los anales de mi personal historia fiestera, para engrandecer su esencia y elevar su trascendencia vital. Solo saludar, muy efusivamente, a esos activeros de incorregible espiritu fiestero...fue un placer y un honor bailar con vosotros y disfrutar, codo con codo, de algo tan sumamente sensacional, que no merece ser narrado ni explicado, solo se entiende si se ha vivido.
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