Un hombre mata a dos constructores y dos empleados bancarios en OlotOlot (Girona). (Agencias).- ¿Por qué? Es la pregunta que se hace la población de Olot, una ciudad que hoy ha añadido una nueva página de su ya tristemente extensa crónica negra. Cuatro muertos, dos constructores y dos empleados de banca en dos tiroteos seguidos -uno en La Canya y otro en el centro de la ciudad- perpetrados por un albañil, hombre un tanto extraño pero lejos de ser violento, según su entorno. Es el saldo de una jornada trágica que, al parecer, no puede desvincularse de la crisis que vive el país. Todo indica que el móvil es económico. El Ayuntamiento de Olot ha dectretado tres días de duelo oficial.
El presunto asesino, Pere Puig Puntí, trabajaba para dos de las víctimas, Joan Tubert Guillamet, de 62 años, y Àngel Tubert Ruiz, de 35, propietarios de la constructora 'Tubert d'Olot', residentes en el barrio de Pekín, de la capital de la Garrotxa. Las otras dos víctimas son los empleados de una oficina de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, Rafael Turró y Anna Pujol.
Al parecer, el asesino tenía una hipoteca en la Caja de Ahorros del Mediterráneo sobre un piso que iba a ser embargado por impago, según fuentes cercanas al asesino, que señalan que el autor del crimen no cobraba de sus jefes desde el mes de mayo e incluso que no pudo cobrar un cheque sin fondos. Fuentes cercanas a la familia Tubert confirman que los constructores se proponían despedirle próximamente, extremo que se le habría comunicado recientemente.
Algunas fuentes de Sant Esteve d'En Bas, donde residía el asesino, aseguran que Pere P.P. habría contraído la hipoteca precisamente para prestar dinero a sus jefes, las propias víctimas, quienes le habrían pedido que les echara un cable, dada la precaria situación económica de la empresa.
"Estoy satisfecho", dicen que ha dicho el asesino cuando ha sido detenido.
Los trágicos hechos han sucedido hacia las 8.30 de la mañana en el bar 'La Cuina de l'Anna' de la localidad La Canya, cercana a Olot, donde Pere P.P., de 57 años y residente de la Vall d'En Bas, ha disparado con una escopeta de caza contra los Tubert.
Luego, ha cogido un coche y se ha desplazado a Olot, donde en una sucursal de la CAM, ha matado al subdelegado de la oficina Rafael Turró, de 46 años, padre dos hijas, de 4 y 8 años; y la empleada Anna Pujol, de 56 años, que tenía una hija y un nieto. La sucursal se encuentra en la misma calle y a 500 metros del geriátrico La Caritat donde un celador mató a once ancianos en los últimos meses. "Sólo nos conocerán por la crónica negra", asegura una vecina de la familia de los constructores asesinados.
Tras recibir el aviso del tiroteo en el bar de La Canya, la Policía Local de Olot, han montado un dispositivo en esta población y en la comarca de La Garrotxa para detener al autor del crimen, aunque el despliegue policial no ha impedido que el homicida volviera a actuar en la oficina bancaria.
Sin embargo, la descripción de los testigos presenciales, que han facilitado un preciso retrato del autor del tiroteo y han proporcionado a los agentes la matrícula del vehículo que conducía, ha permitido que la policía local detuviera al asesino justo en el momento en que salía del banco tras comenter los dos últimos asesinatos.
Testigos manifestaron que durante algunos segundos se vivieron momentos de pánico e incertidumbre tras los disparos que se escucharon en la agencia bancaria y luego de otro impacto de bala fortuito que se escuchó por parte de uno de los policías locales que esperaban al asesino fuera de la entidad bancaria. La bala por fortuna se incrustó en la fachada de una funeraria, sin que nadie resultará herido.
El juez de guardia de Olot ha ordenado este mediodía el levantamiento de los cadáveres de las cuatro personas que esta mañana han muerto asesinadas a tiros de una escopeta de caza por un hombre que ha sido detenido tras entregarse a la policía local.
Reconstrucción del crimen
El detenido ha acompañado a los Mossos d'Esquadra al bar de La Canya para la reconstrucción del crimen. Una caravana de seis vehículos ha llegado pasadas las 18 horas al bar, acordonado, y de uno de ellos ha bajado Pere P.P. esposado, que colabora con los investigadores en reconstruir cada detalle de lo ocurrido. Les esperaba el dueño del bar, que ha tenido la persiana bajada todo el día, y que minutos antes de que llegaran ha reabierto la puerta de uno de los escenarios del crimen, donde han muerto un constructor y su hijo tras recibir dos balazos.
En ese lugar, los investigadores, junto al detenido, han permanecido unos diez minutos y, posteriormente, todos se han dirigido también en coche al escenario de los otros dos crímenes, la oficina de Caja Mediterráneo (CAM) de Olot, donde han muerto dos empleados.
La reconstrucción de hechos en este establecimiento bancario de Olot ha sido más larga, ya que se ha prolongado por espacio de unos 35 minutos.
Al término de la diligencia, los Mossos d'Esquadra han conducido nuevamente al detenido hasta la comisaría, a la espera de que se decida su pase a disposición judicial.
El autor del tiroteo es natural de Sant Esteve d'En Bas, soltero y vive con su padre, un anciano octogenario. Según testigos presenciales, el detenido ha asegurado mientras los agentes policiales lo detenían: "Yo ya estoy satisfecho".
Luto oficial
El Ayuntamiento ha decretado tres días de luto oficial. Así, los días 15, 16 y 17 de diciembre las banderas ondearán a media asta y han quedado suspendidos todos los actos oficiales. Además, el Ayuntamiento ha convocado dos minutos de silencio para mañana a las 12 del mediodía, para que los vecinos expresen su sentimiento de rechazo y de recuerdo a las víctimas en la calle o frente al Ayuntamiento.
En un pleno convocado de manera extraordinaria y urgente para abordar el tema, en el que se ha hecho un minuto silencio, el consistorio ha aprobado por unanimidad una moción en la que recogen el "sentimiento de conmoción, profunda indignación y tristeza de toda la población" tras este suceso. El Ayuntamiento ha expresado su rechazo más "radical" a los hechos, que no pueden tener ningún tipo de justificación, y muestra su apoyo "incondicional" y el más sentido pésame a las familias.
Tras el pleno, el alcalde, Lluís Sacrest, ha considerado el suceso un hecho "brutal, inesperado e inevitable" que ha sacudido al municipio ya que las víctimas eran "muy conocidas". "Ahora nos queda un gran interrogante, saber el porqué. Espero que se aclare durante la investigación, aunque ahora nos importa más el qué que el porqué", ha añadido.
Desde el Ayuntamiento han conocido la noticia cuando estaba reunidos en la Junta de Gobierno y lo primero que han hecho es ofrecer atención a los familiares y allegados de las víctimas. Para ello, les han ofrecido la ayuda del personal del Hospital Sant Jaume de Olot para atender la situación de "shock y desespero". "Se trata de una acción inexplicable que hace ver qué débil y qué frágil es la sociedad en la que vivimos", ha reflexionado el alcalde.
Fuentewww.lavanguardia.es