CHIMO BAYO, DE LA PISTA AL PLATÓ
Su nombre suena tanto a golosina como a receta médica. En la época en que las pastis volaban en cualquier discoteca como caramelos en la puerta de una escuela y el éxtasis pasó a ser el enemigo contra la salud pública número uno, su himno Así me gusta a mí rompió esquemas generacionales. Aquello de Ésta sí, ésta no / ésta me gusta me la como yo fue mas que el himno de la fiesta, hasta los niños la iban cantando con pueril inocencia. Pero yo en ningún momento mencioné ninguna droga. Mi canción es una ambigüedad coherente que puede entenderse de muchas maneras afirma Chimo Bayo.
Su éxito fue un subidón, con resaca incluida. Trabajaba con una compañia valenciana, con todo el debido respeto, de mierda. Cuatro mediocres que sólo querían hacer dinero rápido. Y lo hicieron. Entre 1991 y 1993 fue el español que més discos vendió en el extranjero. Cuando iba a Japón parecía Michael Jackson, todo el mundo me hacía reverencias. Y no de las que te hacen en la salida de cualquier restaurante oriental.Tocaba en estadios de más de 50.000 personas.
Hoy ha cambiado las pistas de baile por los platós televisivos. Con 43 años y habiendo sido nº 1 en el mundo no voy a ir detrás de las discográficas cómo un pardillo.¡Más vale estar solo que en malas compañías!. Su prioridad es ahora el late night que dirige y presenta desde hace tres años en una televisión local valenciana. Va tan bien que incluso hay cadenas estatales interesadas en él.
Aunque no ha dejado del todo la música. Las nuevas generaciones electro, colectivos como el que organiza el FEA Festival, lo reivindican como figura de culto. Me gustan porque no confunden el vanguardismo con el elitismo. A fin de cuentas mi labor siempre fue hacer accesible al gran público músicas oscuras y minoritarias. Le gustaría grabar con jóvenes dj. Pero bien respaldado, pues hice varios discos que me tuve que comer con patatas. Y bakalao; no en vano se le sigue asociando a tan accidentada ruta. No tengo otro remedio, otra cosa es que alardee de ello.
Hoy los dj tienen por fin estatus de artista. Pero para mí un verdadero dj no puede mezclar lo que trae preparado sin mirar a la pista. Cada sesión ha de ser diferente, dejarte llevar por el frenesí de la noche. Y así lo sigue haciendo. No saco un disco desde hace 7 años, pero últimamente cada vez me llaman más para pinchar de manera ocasional. Y nada convencional. Nosotros éramos seres extraños de un planeta que se extingue. Destino la tierra y propósito bailar sobre ella