Lo peor
- El juego rancio de las selección que jugaban contra España emulando el juego destructivo que utilizó el Inter contra el Barcelona para frenar a gente como Xavi, Iniesta y, en definitiva, para no permitir la rápida circulación del balón.
- Las putas vuvuzelas, aunque al final se les ha acabad cogiendo hasta cariño.
- La chulería de Maradona y su nefasta gestión como entrenador... ¿en qué posición jugaba Leo?
- Ver a CR9 rabiando como un niño pequeño por enésima vez. Debe doler que un chuloplayas como él se vaya a casita en octavos y que un chico normal, blanquito, tímido y poca cosa meta el gol que dé el Mundial. Para los reshulikos debe ser la máxima humillación.
- Francia.
- Torres. No estaba para jugar y no debería haberlo hecho en ese estado.
- El arbitraje, que bien podría ser el de una tercera regional. Algunas decisiones han podido costar partidos, como el gol de Inglaterra o el gol en fuera de juego de Argentina.
- Holanda. A pesar de ser mi segunda Selección por afinidad futbolísica, han demostrado en la final que no merecían no solo ganar, sino siquiera jugar la final.
- La prensa deportiva en general y Eduardo Inda en particular. Lo de siempre, vamos.
- La celebración en el Manzanares excesivamente reglada, acartonada y preparada. Entre esto y el subnormal del Bisbal, han deslucido una brillante celebración.
- Los subnormales que han quemado banderas catalanas en Barcelona durante la celebración. Por hijos de puta como éstos se alienta el independentismo y el mal rollo, así como se llega a la más absoluta estupidez, habida cuenta de la cantidad de cracks nacidos en esta tierra que han luchado por la victoria de España como los que más. Gerard Piqué se dejó una ceja y el labio en el Mundial, Puyol nos metió en la final, Xavi y Busquets manejaron el centro del campo con talento... ir en contra de Cataluña es ir en contra de España.
Lo mejor
- Que España gane su primer Mundial con una generación de futbolistas que será recordada por la historia.
- Que el gol lo haya marcado Andrés Iniesta. Después de la mala temporada que ha tenido con las lesiones, no imagino mejor regalo que éste.
- El gol de la final en sí. Stanford Bridge ha pasado a la historia como el momento cumbre de mi vida futbolera para pasar a ser la final de la Copa del Mundo. Y lo mejor, con el mismo protagonista.
- Que Puyol, el gran capitán del Barça, un verdadero ejemplo y un tío cojonudo, nos haya metido en la final gracias a su cabezazo de
almogàver. Es una lástima que los años no perdonen y que éste vaya a ser su último Mundial, pero me alegro muchísimo por él al poder irse de la Selección por la puerta grande: como campeón del mundo.
- Que Iker Casillas, pese a ser el portero del Real Madrid y por lo tanto ser mi enemigo futbolístico durante la temporada, haya dado un puñetazo sobre la mesa y haya demostrado que es el mejor portero del mundo. Su beso con Sara Carbonero, tan cómplice, tan satisfactorio, tan redentorio por tanta palabrería dicha desde los medios, es el mejor colofón ante tanta crítica. Continúa siendo El Santo y que lo sea por muchos años.
- Vicente del Bosque. Su saber estar, su capacidad de gestión de la racionalidad, su criticado proyecto que finalmente ha dado sus frutos le hacen merecedor de todas las alabanzas.
- La derrota amarga de Argentina. Me sabe fatal por Messi y por Higuain, que merecen todo mi respeto y admiración, pero me alegro mucho por haber jodido a Maradroga y a su cuadrilla. A chuparla, sí, pero de vuelta a Buenos Aires.
- Alemania. La semifinal de esta Copa debería haber sido la final por el buen juego, el fair play, el saber estar alemán y los brillantes jugadores que estaba sobre el terreno.
- As poniendo "Visca Espanya" en portada. Esta muestra de respeto a Cataluña, aunque efímera y banal, pone de manifiesto que si todos pusiéramos de nuestra parte, todos cabríamos en España con armonía. No se debería mezclar fútbol y política, pero este tipo de cosas ayudan a unir y no a separar, aunque el resto del año actúen en sentido opuesto.
- El mosqueo, resquemor, mal rollo y demás sentimientos antagónicos que ha provocado esta victoria en los independentistas catalanes. Lo siento por los aquí presentes, pero viviendo en Barcelona y estando, por desgracia, acostumbrado a ver el maltrato verbal que recibe España día sí y día también, esta situación provoca un estado de karma total.
- La celebración del Mundial. Pocas veces he disfrutado tanto en una celebración como ayer y antes de ayer, era una verdadera pasada ver a tanta gente en las calles celebrando la victoria de España.